A lo largo del estudio de las unidades pude comprender mejor cómo funciona la relación entre el Estado y los contribuyentes. Primero, al analizar la actividad financiera del Estado, entendí que el gobierno necesita recaudar, administrar y gastar recursos para poder funcionar, y que los impuestos son una parte fundamental de ese proceso. Esto se relaciona con las fuentes del derecho tributario, que son las leyes, reglamentos y principios que regulan cómo deben manejarse todas estas obligaciones.

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También aprendí sobre el nacimiento de la obligación tributaria, que básicamente ocurre cuando se da el hecho generador, es decir, cuando la persona realiza una actividad o situación prevista en la ley que hace que tenga que pagar un impuesto. Esto me ayudó a entender mejor la estructura del Código Fiscal, ya que ahí se establece cómo se aplican los impuestos, cómo se hacen las declaraciones y qué pasa cuando alguien incumple.

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Otro punto importante fueron los derechos y obligaciones de los contribuyentes. Gracias a esto pude ver que no solo tenemos responsabilidades ante el SAT, sino también protecciones legales, como el derecho a la información, a la confidencialidad y a que nuestras revisiones se hagan conforme a la ley. Por otro lado, las obligaciones nos recuerdan que debemos mantenernos en orden con declaraciones, pagos y documentación.

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También comprendí quiénes son las autoridades fiscales y cuáles son sus facultades, como revisar, verificar o imponer multas. Al mismo tiempo, revisé las infracciones y sanciones fiscales, lo que me permitió ver las consecuencias de incumplir y la importancia de tener todo en regla.